PROTUSIONES Y HERNIAS DISCALES.

Los fisioterapeutas solemos encontrarnos pacientes que acuden preocupados a la clínica por haber sido diagnosticados previamente de una protusión o hernia. ¿Pero qué significa exactamente esto? ¿Podemos hacer algo para aliviar el dolor que me puede provocar? ¿Es necesario operar?

Nuestra columna se encuentra principalmente formada por vértebras separadas entre ellas por pequeñas «almohadillas», los discos intervertebrales. Estas almohadillas son ricas en agua y son las encargadas de facilitar el movimiento de la columna, mantener una buena fijación entre las vértebras y sobretodo soportan el peso de nuestro cuerpo estando sometidas a grandes presiones.

¿Y qué es una protusión?

Una protusión es una rotura parcial de aquellas capas que contienen el material viscoso de esas almohadillas produciendo un abombamiento de las mismas.

¿Y qué es una hernia?

LLamamos hernia a un abombamiento de este disco intervertebral que cursará con una rotura completa de las capasa  del tejido que las envuelve. Debéis de saber que no todas las hernias son iguales, nos podemos encontrar que el disco intervertebral sale hacia detrás puesto que la envoltura que lo contenía se ha roto, nos podemos encontrar también que el disco sale hacia el lateral, que una parte de ese disco se ha desprendido o incluso que al desprenderse se desplaza hacia arriba o hacia abajo de la columna.

Pero atentos, los discos intervertebrales (las almohadillas) tienen una pequeña inervación sensitiva en su parte posterior que nos puede desencadenar algo de dolor, sin embargo la mayoría de personas tienen alguna hernia a lo largo de su vida, la cual no le ha dado ningún tipo de problema, pero hasta que no son sometidos a una prueba diagnóstica (a veces por pura casualidad) pasa desapercibida.

Entonces, ¿Por qué me duele a mí?.

Como ya he dicho, estos discos tienen que soportar muchísima presión en condiciones normales. Es precisamente aquí donde encontramos la respuesta a nuestra pregunta. Imaginaros la presión que tendría que aguantar si la posición de la espalda no es buena y si existiese alguna protusión o hernia. Nos encontraríamos por tanto en una posición donde continuamente estaríamos empujando el disco abombado hacia esas estructuras nerviosas o hacia algún ligamento que nos pueda desencadenar un episodio doloroso.   

¿Y qué puedo hacer?

En primer lugar, conviene saber que el reposo no es una buena opción. Os sorprendería saber que estando sentados la presión en esas almohadillas aumenta mucho más que estando de pie.

Salvo en algún caso puntual que se baraje la opción de pasar por quirófano, la respuesta reside en nuestra posición corporal. El fisioterapeuta es el profesional encargado de realizar un buen diagnóstico y tratamiento determinando la forma en la que se puede disminuir la presión en ese punto de lesión alejando el abombamiento formado en el disco intervertebral de aquellas estructuras que nos pueden dar dolor.

Es resumen, una hernia o protrusión puede desencadenar un dolor que no tiene por que ir relacionado al tamaño de la misma sino a la estructura que compromete. Mediante un tratamiento fisioterapéutico  no se puede curar, pero sí se puede reducir incluso por completo esa sintomatología dolorosa que desencadena.

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